DISCURSO DE CRISTINA KIRCHNER EN LA SEDE DE ATE CAPITAL - AUDITORIO
Cristina Kirchner: Bueno, en primer lugar darles las gracias a los compañeros, a las compañeras, por esta cálida bienvenida. Hacía tiempo que el Tano y Máximo me martillaban la cabeza con esto de venir a dar una charla a los compañeros de ATE Capital. La verdad que, Tano, aunque te parezca mentira, no me acordaba que hoy hacía seis años del Luna. Debe ser porque la cabeza de uno, por lo menos la mía, tiene mecanismos que se resguardan de los momentos que fuiste muy feliz pero que en estos momentos… me cambió un poco la cara cuando me hiciste acordar eso, aclaro. Voy a tratar de que no me cambie el ánimo, pero… No, fue un día muy fuerte, fue el día que tenía que hablar y que prácticamente lo obligué a que no lo hiciera porque él quería igual, no tendría ni siquiera que haber ido a ese acto, y sin embargo fue. Bueno, listo.
La verdad que hoy voy a empezar un poco la charla medio como por el final o por el medio, por no sé dónde, porque lo charlábamos recién con los compañeros de ATE, de las distintas delegaciones del país y de los compañeros de la Corriente Sindical que también estaban esperándome hace un rato, y yo hablaba del lenguaje y de las subjetividades que se habían creado, ¿no? Y la verdad que hoy quiero empezar de esta manera diferente porque un hecho claro como el que pasó hoy en Plaza de Mayo, con lo que se dio a llamar el “verdugazo”, y que había pasado días antes, semanas antes, también cuando los productores del Valle de Río Negro distribuyeron peras y manzanas, pusieron así, ante las cámaras de televisión, ante las lentes de los fotógrafos, lo que ha sucedido en estos nueve meses en la República Argentina. Y entonces, paralelamente, en un lugar muy lindo que construimos y que es el Centro Cultural Kirchner, denominado así por ley del Congreso de la Nación, paralelamente se desarrollaba una comida muy paqueta… (silbidos) No, no, una comida muy paqueta en un lugar muy paquete. Digo que es muy paquete porque lo hice yo pensando en que fuera disfrutado por todos los argentinos, esperemos que a ese lugar puedan llegar también todos los argentinos. Es la cúpula del Correo. Yo soñaba que a ese lugar la gente pudiera ir a comer después de ver un espectáculo, uno de los tantos espectáculos del Centro Cultural Kirchner, pudiera ir a tomar una coca o lo que quisiera. Bueno, esperemos que se pueda dar, ¿no? ¿Por qué no? Después vamos a discutir también sobre a dónde y cómo volver, eso me parece que también.
Pero quería detenerme en el tema de que durante mucho tiempo se trabajó en el lenguaje y en la subjetividad de los argentinos diciendo que nosotros, especialmente quien le tocaba ser presidenta de la nación, había creado una brecha en la Argentina. La brecha, la famosa brecha, la división de los argentinos. La brecha consistía básicamente en exponer los pensamientos, la idea, el proyecto de país en el que uno piensa, en el modelo de sociedad que uno quiere, una sociedad igualitaria, equitativa, solidaria, en donde no solamente nos ocupemos de lo que nos pasa o nuestras cosas sino también de los demás, y que, bueno, era expuesta por distintos compañeros y muchas veces vehementemente y del otro lado se nos contestaba también vehementemente. Y se puso en la cabeza de la sociedad y de muchos argentinos que la brecha era eso, que se pensara diferente, que se discutiera y se debatiera. Esto era la brecha, vos no eras kirchnerista, eras antikirchnerista, no eras peronista, eras antiperonista. La brecha era esa, era una brecha que se la metieron a mucha gente en la cabeza como que estaba mal o discutir, que no tenía que haber conflicto, que estaba malo el debate y la discusión política, que teníamos que pensar todos lo mismo, cuando en realidad si uno se pone a pensar, una sociedad democrática lo primero que tiene que tener para ser democrática es ser heterogénea, porque si todos piensan lo mismo no estamos en una sociedad democrática, estamos en una sociedad totalitaria y subordinada al poder de turno. Si todos piensan igual y todos dicen lo mismo y no se admite la discusión y el debate serio y el derecho a opinar… Creo que ningún argentino piense como piense o esté en las antípodas de nuestro pensamiento, puede acusar a nuestro gobierno de haberle impedido manifestar sus ideas, sus pensamientos, aún en las formas más violentas verbalmente e injuriantes y agraviantes muchas veces, y nunca se le impidió a nadie.
Con lo cual esa era la brecha que venían a cerrar y entonces iban a estar todos unidos y todos juntos. Yo creo que la brecha es lo que vimos hoy en la plaza, yo creo que la brecha es cuando hay argentinos que no pueden comer y otros que tienen para hacer lo que se les cante. Esa es la brecha. ¿Sabés por qué? Porque en la otra brecha vos podés discutir, podés debatir, estás, pero en esta brecha los que están del lado del hambre, del salario que no llega a fin de mes, del comercio que tuvo que cerrar porque se fundió, de la pyme que no sabe qué hacer ya para pagar el sueldo de los empleados y está a punto de cerrar o de echar a los trabajadores que tuvieron toda su vida, de los científicos que ya no pueden tener los sueldos que tenían o el sueldo que tenían no les rinde, porque realmente tampoco llegan a fin de mes y tampoco ya pueden dedicarse full time como lo hacían antes a sus investigaciones. Me parece que esa es la verdadera brecha del país, la división a partir de que no se pueda acceder a los bienes, a los servicios, al derecho a ser feliz de los argentinos.
Me parece que esa es la brecha que se está planteando desde el propio gobierno cuando se plantean recortes salariales, tarifazos, no reapertura de paritarias, con lo cual me parece que deberíamos también comenzar a decir que la brecha es eso, la división entre los grupos de argentinos, ya cada vez más reducidos, que pueden darse todos los gustos y hacer lo que se les antoje, y el resto de los argentinos, que tuvieron que vender el auto, que no pueden terminar de pagar la casa, que no van a poder tal vez llevar sus hijos a la universidad o terminar sus estudios, o que tuvieron ir hoy a la Plaza de Mayo a buscar verdura. Esa es la verdadera brecha que existió en nuestro país y la que originó tantas divisiones y tanta violencia, y no en los últimos treinta o cuarenta años, en los doscientos años de historia, que es nada más ni nada menos que cómo se distribuye el ingreso en un país. Si se distribuye equitativamente, como hemos sostenido siempre, con el fifty-fifty, o la parte del león se la llevan unos pocos y el resto la ñata contra el vidrió. Esa brecha fue la que históricamente en la República Argentina provocó las divisiones más terribles y más profundas de los argentinos.
Por eso no dejemos más que el término brecha sea colocado en la discusión y el debate político. Eso es debate, discusión política, y hace a que una sociedad sea democrática. La brecha que divide a los argentinos entre pobres y ricos, entre los que no van a poder acceder a los bienes y entre los que tienen todo, esa es la brecha que a nosotros nos tiene que preocupar y esa sí es una brecha en la que tenemos que tener el compromiso militante de volver a cerrarla como sucedió en los últimos doce años de nuestro gobierno en el cual trabajamos a full para que cada vez hubiera menos argentinos en situación de pobreza y de vulnerabilidad. Que obviamente no vamos a decir pobreza cero, primero porque no somos cínicos, no somos cínicos… Segundo, porque además tampoco nos gusta mentir. Y por sobre todas las cosas porque el ideal de pobreza cero es un ejercicio también precisamente como una suerte de cazabobos, ¿no?, entonces el ejercicio permanente de una sociedad debe ser la de combatir la pobreza y combatirla a partir de políticas públicas que realmente permitan una distribución más equitativa del ingreso.
Esa es la primera cosa que quería charlar con ustedes porque siento, y lo decía recién con los compañeros, que hubo una apropiación de determinada terminología que nosotros, desde lo que podemos denominar el campo nacional popular y democrático o el bloque nacional o el movimiento nacional o el frente nacional, pónganle le el nombre que más les guste, no supimos discutir, debatir, y de repente al que te planteaba eso le decías gorila y entonces de repente lo colocabas en el otro lado sin por ahí tener que estar exactamente en el otro lado por intereses, por pertenencia, por historia y por identidad. Por eso creo que estas discusiones entre nosotros, entre ustedes, todos delegados sindicales, cuadros políticos, es necesaria porque yo creo que, y lo planteé un poquito cuando vine al homenaje de Hugo Chávez, el tema de la creación, por parte de estudios, no acá en el país sino afuera, de una suerte de apropiación de la subjetividad de cada uno de los integrantes de una sociedad, el sujeto de una persona, para realmente en un momento dado que ese sujeto actúe en contra de sus propios intereses. Por eso creo que esta discusión, que puede parecer medio entre militantes, medio entre cuadros políticos, es necesario que nos la demos para que la terminología, el sentido común que se quiere crear en una sociedad sea discutido con inteligencia, no desde la agresión sino desde la inteligencia, que me parece que esto es clave.
La otra cuestión, la que también hemos asistido en estos últimos nueve meses con el tema de la pesada herencia, que es un tema también que quería abordarlo con ustedes. Leyendo el folleto que se les ofrece a los empresarios y gerentes que han venido a la Argentina en oportunidades de negocios y para hacer inversiones, se dice exactamente lo contrario al discurso cotidiano de los medios de comunicación. Allí cualquiera puede acceder, inclusive en la versión en castellano se suprimió una frase, una parte. Dice por ejemplo que somos el país con mayor desarrollo humano, gracias. Se nos dice que somos el país número uno también en materia de educación, gracias. Se nos dice además que somos el segundo país con mayor porcentaje de clase media de toda la región, gracias. Y también se dice, estoy hablando de lo más relevante, ¿no?, se dice también que tenemos el coeficiente de GINI, ustedes saben, ese que mide la brecha entre igualdad y desigualdad, más bajo de la región, gracias nuevamente.
Ahora bien, se dice además que el país cuenta con una infraestructura muy importante, que somos el país donde mayor dominio del inglés hay, que contamos con recursos humanos, un término muy gerencial, muy importantes, así que si en realidad uno lee lo que se les dice a los que están en estos momentos en el CCK, uno piensa, bueno, ¿a quién le están mintiendo, a los extranjeros o a los argentinos? Me inclino por pensar que nos están mintiendo a nosotros como siempre, a los argentinos.
¿De qué se trata entonces la pesada herencia? En realidad hay algo que decodificar, y es cierto que les hemos dejado una pesada herencia. Le hemos dejado una muy pesada herencia al gobierno. Claro, le dejamos convenciones colectivas libres entre trabajadores y empresarios que en estos doce años pudieron pactar libremente sus salarios muy por encima de todos los índices de inflación los midiera quien los midiera. A ver, no hace falta aclararlo, todos esos comercios que se cerraron, toda esa gente que hoy está desocupada tenía trabajo evidentemente, y tenía buenos salarios. Dejamos una herencia pesada. Dejar sindicatos fuertes… porque cuando me dicen en los 90, en los 90 no teníamos la organización sindical porque no teníamos el número de trabajadores que tenemos ahora en las fábricas, en el sector de servicios, etc., etc.
En el Estado mismo, el Estado era un Estado muy reducido, muy mínimo, que no tenía presencia. Un Estado como el nuestro, con programas como Conectar Igualdad, como decía él, donde ya este año en el 2015 empezábamos a repartir en el último… ya no teníamos que comprar como siempre que veníamos comprando un determinado número de computadoras porque claro, las computadoras se iban yendo… estábamos llegando al equilibrio prácticamente en el tema de Conectar Igualdad. Con los programas de cooperativas de trabajo a lo largo y a lo ancho del país, con el desarrollo nuclear en la Comisión Nacional de Energía Atómica, con el desarrollo en materia de Arsat, de INVAP. Obviamente había un sector estatal fuerte y poderoso, que no era un sector como siempre… porque ha habido toda una estigmatización contra el sector del empleado público. Esa creación de un famoso cómico que es excepcional desde lo artístico, pero desde lo cultural crea la sensación de como que todo aquel que trabaja en el Estado está de vago. Y no, en el Estado no hay vagos, vagos hay en todas partes.
Dejamos un sector sindical fuerte, pero en todos los sectores, en el sector público, con los docentes, porque obviamente, si creamos diecinueve universidades, si además agrandamos todas las universidades que ya existían, las hicimos más grandes, si repatriamos más de mil científicos, obviamente que el sector público no era que estaba sobre dimensionado; el sector público, el Estado, prestaba servicios al desarrollo, a la investigación, a la tecnología, a la salud, a la educación, que nos permitió, por ejemplo, controlar epidemias terribles como las que nos tocó en el 2009 cuando, bueno, pasó lo que pasó con quien estaba de ministra, y después tuvimos la suerte que vino otro ministro y tuvimos todos operativos de contralor en todo el norte argentino en materia sanitaria.
O sea que había un desarrollo, hay un desarrollo sindical en el sector privado, el sector de servicios, por ejemplo, no hablo ya de la producción, no hablo de la construcción que pasó de tener 70 mil o 50 mil cotizantes a 450 mil, el sector de metalúrgicos, por ahí debe estar Abel Furlán que me saludó hoy al principio y por ahí debe estar. O se debe haber vuelto a la Cámara, porque tenían sesión. Todo el sector tanto de producción industrial, como el sector de servicios de logística, todos los servicios, todos los sindicatos muy fuertes. Obviamente, es una pesada herencia, más allá de que algunos no se quieran hacer cargo de esa herencia en los sindicatos, yo creo que se van a tener que hacer cargo porque los compañeros… porque los compañeros de la CGT… Hoy nos acompañan compañeros de la CGT, de las seccionales, las regionales de la CGT, las comisiones internas, los delegados, todos van a ir empujando, de a poquito, empujando en el buen término, en el buen sentido, no a empujones, empujando, como cuando uno va empujando a esa unidad, como “vamos…”, empujando a esa unidad que hoy la unidad de los trabajadores, de sus organizaciones gremiales, es un puntal para volver a reconstruir un gran bloque nacional, popular y democrático.
Yo sé que muchas veces venimos de peleas y discusiones que crean divisiones, que crean antagonismos. Yo creo que tenemos que tener la grandeza todos los compañeros y compañeras de superar todas las discusiones y divisiones que pudiera haber habido en estos doce años y medio de gobierno. Lo que pasa es que muchas veces cuando están resueltas las cuestiones básicas, empezamos a pelearnos… Es como las casas, cuando está todo solucionado, cuando la heladera está llena, el auto tiene nafta, terminaste de pagar la casa y ya es tuya, te vas de vacaciones todos los años, a lo mejor tu señora te mira mal y ya, viste, cuando te echaron del laburo, no te alcanza la guita para fin de mes, bueno, todas esas otras cuestiones pasan a ser cuestiones absolutamente menores. Es parte de la condición humana y es parte también, tenemos que tenerlo claro, sobre donde pivotean en los momentos de prosperidad.
Todo esto que yo estaba diciéndoles de crear subjetividad para que la gente, y hasta muchas veces los propios compañeros dirigentes piensen “sí, la verdad que teníamos demasiadas cosas, no podíamos seguir con este tipo de…” No, no, miren, esto de la apropiación del otro, la de un neoliberalismo que ha mutado el capitalismo y que ya no solamente no necesita consumidores sino que necesita consumidos, y que parece que es un ejercicio teórico lo que estoy diciendo, lo comprobé el otro día. Y les voy a contar una anécdota que va a explicar, un ejemplo que va a explicar mucho mejor lo que les quiero decir. Muchas veces cuando salgo en Calafate, mucha gente me hace piquetes en la puerta que yo salga… Buenos piquetes, buenos piquetes, para saludarme. Bueno, el otro día se habían juntado un montón, empezaron a aplaudir y tuve que salir. Entre ellos había un matrimonio de Lomas de Zamora, no sé si me estarán escuchando, a lo mejor se van a acordar, y estaban con la nena, y me agradecían, “gracias a vos estuvimos acá cuatro días, estábamos esperándote para verte, que esto, y lo otro, y gracias a vos tuvimos la casa, el auto, y eso que soy electricista”. Entonces, en ese momento yo estaba besando la nena, sacándome la foto, el otro que me saludaba, lloraba emocionado, no reparé en lo que me había dicho. Pero después a mí siempre me gusta repensar cuando estoy sola los momentos que viví, lo que me dijeron, las miradas. Y digo, ¿pero por qué me aclaró que era electricista, y pese a ser electricista había podido tener casa y auto? Y ahí me di cuenta que lo que había leído en teoría del neoliberalismo y la subjetividad era eso. Él mismo se autodisculpaba de haber podido llegar a tener auto y casa porque era un electricista. Daba por sentado él, el electricista, que había sido un privilegiado y no me veía a mí como parte de un proyecto político sino casi como un hada buena, y yo no quiero que nadie me vea como un hada buena.
Porque dijera algún mono, después les voy a explicar la diferencia entre mono y gorila, sí, hay una diferencia profunda también que también tenemos que conocerla. Dijera algún mono, “¿qué vas a ser hada buena? Sos una bruja”. Pero es cierto, él me agradecía y lo hacía con el mejor corazón, con mucho sentimiento, con mucha emoción, porque en realidad él sentía que había sido un privilegiado siendo electricista de haber podido acceder a una casa y a un auto. Pero si sos un laburante y laburás todo el día, ¿cómo no vas a tener derecho a tener una casa, un auto y a poder sostener a tu familia? Bueno, esto es crear subjetividad social. Mucha gente, inclusive lo deben haber escuchado ustedes, “no se podía seguir viajando, haciendo esto, lo otro, el nivel de gasto, de consumo”. Eso es crear sentido común, el neoliberalismo ha creado esto, que vos te sientas deudor y empresario de vos mismo, de manera tal que si te va mal no es por un momento económico, la macroeconomía, es porque vos no sos un buen gestor ni un buen empresario de vos mismo. Y por lo tanto vos sos el responsable de que te vaya mal, porque es lo que me dice el electricista en definitiva cuando me dice “gracias por, pese a ser electricista, haber logrado esto”.
Entonces es importante que comencemos a visualizar esto, y ahora voy con lo de mono y gorila para que no se queden con la intriga. Yo siempre digo, esto es medio en broma, para que nadie se sienta mal. Siempre hay que bromear un poco sobre uno mismo, yo me siento peroncho, cabeza negra, bueno, basta. No, a mí no me molesta. Y yo digo, a ver, gorilas. Hay gorilas que son gorilas, que tienen historia para ser gorilas. Por ejemplo, yo siempre lo voy a decir con todo el cariño que le tengo porque le tengo muchísimo respeto. Federico Pinedo. Es una persona a la cual le tengo mucho respeto, mucho respeto, a punto tal que fue el que le propuse que fuera presidente provisional porque lo consideraba un hombre del presidente y me parecía que tenía que estar en la línea sucesoria. Yo lo recuerdo a Federico en el conflicto del campo… ¿Ves? Ahí tenés, “del campo”, mirá, hasta yo apropiada con el lenguaje. Con las patronales rurales, porque en realidad contra el campo no había nada, contra las patronales rurales. Sin embargo, ahí también nos instalaron conflicto con el campo como si nos fuéramos a pelear con los gauchitos, con el que está… No, era con las patronales rurales, punto, con cortes de ruta, y ahí no había ni intento destituyente ni subversión. ¿Se imaginan por ejemplo si hubiera pasado con las actuales autoridades del Ministerio de Seguridad? Los hubieran acusado de ser miembros del ISIS por lo menos a los que estaban cortando las rutas.
Pero siguiendo con el tema, me acuerdo de Federico porque un día estaba en Olivos en medio del conflicto, tal vez el conflicto político más importante, que fue también un poco fundante, ¿no?, fue un conflicto fundante de mucha gente que se incorporó. Hay una compañera que me dice así, se ve que no era muy simpatizante nuestra y ahí se metió. Bien, bien compañera, gracias compañera. Pero me acuerdo que voy caminando por Olivos, pasando por el escritorio, y estaba prendido el televisor y estaba Pinedo, le estaban haciendo un reportaje, y además es un caballero, es educado, no agravia, es un señor educado, se ve que de cuna viene… Y dijo “yo no sé por qué la presidenta –no sé si dijo la presidenta o esta mujer- tiene problemas con la renta extraordinaria ¿por qué no deja disfrutar tranquila a la gente de su renta extraordinaria?” Y la verdad que yo me paré, dije, pero claro, es el nieto de Federico Pinedo, este hombre tiene que pensar así, porque si pensara de otra manera sería un revolucionario, es más, yo le parecería conservadora seguramente.
A ver, entonces ahora hay otros que no tienen esa historia ni esa identidad ni nada, que son aspiracionales. ¿Por qué aspiracionales? Porque identifican en el ideario al gorila como el tipo de clase alta, el tipo fino, el tipo que viene de familia, el tipo que viene de la aristocracia, entonces de repente adhieren a un partido o a una idea porque creen que de esa manera logran el status que tienen que tener. Esos son los monos, digo yo. Son aspiracionales, porque si vos les conocés la historia a la mayoría de los monos, hicieron sus grandes fortunas como empresarios durante gobiernos por ahí populares, durante gobiernos de mucho consumo, pero sin embargo esto pasó en nuestro período y le pasó al primer peronismo. Esto lo explicó veinte veces mejor que yo Arturo Jauretche, y con mucho más vuelo intelectual.
Pero es bueno que nosotros comencemos a discutir estas cosas porque si no nos pasamos discutiendo pavadas y podemos discutir ni inteligir realmente cómo tenemos que lograr a volver a reconstruir mayorías. No a partir de cómo estaba con él respecto de tal cosa sino respecto de intereses comunes y concretos: la economía, el bolsillo. Ustedes se acordarán cuando el 13 de abril citada amablemente a comparecer ante los estrados de Comodoro Py. 13 de abril, ¿alguien recuerda el 13 de abril -y los invito a que agarren un diario, hagan un archivo periodístico- algún dirigente político de todos los sectores, algún dirigente sindical, alguien que estuviera hablando de la factura del luz y del gas? Nadie, porque el aumento había sido publicado allá por febrero, si mal no recuerdo, pero recién tenía efecto a partir de mayo, si mal no recuerdo, o de fines de abril, mayo. Como no estuve ocho años sentada de prestado ahí en la Casa Rosada y yo lo había leído, y entendía de qué se trataba y sabía que iba a ser mortal cuando eso llegara para la gente, por eso ese día también hablé del changuito. Tres cosas mencioné, facturas de luz, de gas y el changuito. Ese changuito que se llenaba con una determinada cantidad de dinero en los grandes supermercados y que hoy no lo llena nadie. Es más, vas a las siete y media, seis y media, siete, que era la hora donde los supermercados estaban llenos porque la gente salía de los laburos e iba a comprar, y están vacíos. Por eso las grandes tiendas y los grandes supermercados están haciendo mercados más chiquitos, más de proximidad, porque obviamente la gente no está llegando a fin de mes, la mayoría. Ojo, no estoy hablando de los sectores que hoy fueron a la plaza a buscar verdura, no estoy hablando del sector informal que se quedó sin changas. No, estoy hablando de los que tienen trabajo registrado, estoy hablando de hogares donde hay más de un sueldo y que no están llegando a fin de mes. Bueno, esta es la realidad.
Entonces, como esta es una realidad muy fuerte y esto impacta también en muchos comerciantes que han tenido que cerrar sus comercios, o han visto mermadas sus ventas, en muchas pequeñas y medianas industrias que ya no saben cómo hacer, y ahora comprenden que el consumo no era consumismo sino que era demanda agregada, la vieja discusión de los economistas, si ofertismo como sostienen ahora o incentivar la demanda agregada a través de lo público y lo privado, lo privado lo hacíamos con paritarias libres donde siempre estábamos por arriba de la inflación y lo público con obra pública instrumentando programas desde la AUH, pasando por Conectar Igualdad, pasando por universidades, etc., etc. Entonces les habían dicho también a la gente que los precios ya tenían ese dólar blue con el cual nos volvieron locos durante todo el gobierno y que por lo tanto una devaluación, que fue presentada como levantamiento del cepo, y en realidad no fue levantamiento del cepo, eso es un eufemismo. Muchachos, devaluaron, y todos los que estaban esperando que levantaran el cepo, cuando devaluaron no pudieron comprar más dólares. Entonces, no era levantamiento del cepo, se llamaba devaluación, sin embargo te la pusieron todos los diarios como levantamiento del cepo. Y es más, algunos compañeros decían “qué fácil levantaron el cepo”. Y claro, si devaluás el 50% dejás a todo el mundo con una mano atrás y otra adelante y nadie más vuelve a presionar sobre la moneda, cosa que hoy también tenemos si vamos a…
El otro día Axel Kicillof publicó un excelente artículo diciendo que, si vamos al caso, hoy también tenemos un dólar absolutamente subvaluado y que está sostenido por un lado por una política de lebacs desde el Banco Central y por otra parte con endeudamiento. Pero con un agravante, se nos cayó el consumo en absoluto, entonces no tenemos mercado interno. Transferencia de ingresos a través de renunciar al ingreso genuino de los sectores más concentrados de la economía, una cosa también muy rara, ¿no? Porque si uno tiene déficit fiscal, lo primero que no debe hacer es regalar ingresos, por lo menos hasta que logre equilibrar ese desequilibrio que era del 1,9 y no como es el de hoy.
Y entonces en definitiva uno advierte que la pesada herencia es precisamente lo que hoy son los reclamos de gran parte de la sociedad en cuanto a, por ejemplo, la reapertura de paritarias. Y creo que esto es uno de los temas por ejemplo que tenemos que buscar como punto de unidad entre todos los sectores de la sociedad. Lo tienen que comprender los comerciantes, porque no les compra nadie, no porque hayan decidido hacerles boicot, sino porque no tienen plata para comprarles, con lo cual la reapertura de paritarias y volver a poner en vigencia el poder adquisitivo de los trabajadores no es solamente una cuestión de equidad o de justicia social, es una cuestión de necesidad de la macroeconomía de que se vuelva a consumir en la República Argentina, que vuelva a haber gente en los restoranes, no en los más caros donde siempre va a ir gente porque tiene poder adquisitivo y está muy bien, sino en los restoranes que veíamos llenos, en Palermo, en San Telmo, en todos lados.
Estas son las cosas en las cuales tenemos que comenzar a buscar los puntos de unidad entre los distintos sectores, discutir estas cuestiones, y cómo este lenguaje se había apropiado, obviamente los medios de comunicación han tenido un rol preponderante en esto. Los medios de comunicación han tenido un rol preponderante en el sentido de instalar un sentido común y no todos están preparados para aguantar lo que puede ser un bombardeo mediático. Ahora, los que tenemos obligación de no confundirnos y mucho menos confundir a los compañeros y las compañeras que dependen de nosotros, porque nos han elegido, me refiero y estoy hablando directamente al movimiento sindical, que los han elegido para representarlos y defender sus derechos, no pueden confundirse frente a todo esto y reclamar esa reapertura de paritarias se convierte en una cuestión también crucial en esta discusión de unidad que debemos darnos en el movimiento nacional popular y democrático.
Y no pasa el tema de la pesada herencia por salir a defender al gobierno, a mí no me interesa, porque en definitiva no es en defensa de Fernández Cristina, no, no. Lo que se están defendiendo son ustedes, porque en definitiva esas paritarias, esas discusiones, eran en beneficio de los trabajadores, eran en beneficio de un modelo que se retroalimentaba a sí mismo. Y si uno mira lo que se señalaba como problemas, en realidad esos problemas se vieron hoy multiplicados, y surgieron problemas en donde no había. Otra de las muletillas también que uno escucha, porque hay como un reseteado. En eso son mucho más efectivos que nosotros, los resetean con tres o cuatro frases que ustedes van a ver, prendan la televisión, lo van a decir en todo momento: “la pesada herencia”, “en los últimos cuatro años no se generaron puestos de trabajo”. ¿Cómo que en los últimos cuatro años no se habían generado puestos de trabajo? ¿Y cómo llegamos al tercer trimestre del 2015 con 5,9% de desocupación? Ustedes saben, y no hay que explicarlo, que todos los años se incorporan, por una cuestión de crecimiento vegetativo de la población, miles y miles a la población económicamente activa, la PEA, que es la base sobre la cual se toman los índices de desocupación. Si no hubiéramos generado durante cuatro años ni un solo puesto de trabajo, hubiéramos tenido una inflación de dos dígitos pero… machaza. Está claro que se generaron puestos de trabajo.
Sin embargo se repiten esos clichés en cada una de las discusiones, y es lo que nosotros, yo cuando los veo… A mí me gusta seguir por allí a los compañeros, y como todos somos lectores, todos somos militantes, todos queremos hablar y tenemos un discurso muy disperso, si se me permite. Es una autocrítica que nos hago a nosotros mismos. Me parece que hay que comenzar el tema de la pesada herencia en qué consistía básicamente: desendeudamiento, prácticamente pleno empleo… Aparte, si no les creen, vayan con el prospecto en inglés o en español, consíganse uno, además está en las redes, no se los pueden discutir, así que cualquiera que les diga algo de la pesada herencia, sáquenla inmediatamente y muéstrenla. Y me parece que a nosotros que nos gusta por ahí ir a un programa de televisión, debatir, discutir y demostrar que sabemos mucho, me parece que tenemos que enfocar nuestra atención y nuestro discurso sobre ejes básicos. En la Argentina hoy hay hambre, esto me lo dicen docentes, entre los de Lomas de Zamora, el electricista, estaban docentes de Ensenada, docentes de Florencio Varela que me contaron maestras que volvieron a tener que comprar ellas víveres para llevar al colegio porque los pibes vienen mucho sin desayunar. Bueno, primera cuestión que empezar, hay hambre. ¿Por qué hay hambre? Porque creció la desocupación y porque la plata no alcanza directamente, y tenés los testimonios de gente que ha tenido que suprimir cosas de los hijos de yogures, de queso, se ha reducido el consumo de leche evidentemente. Entonces me parece que esas cuestiones deben comenzar a constituir un eje.
El otro eje es la reapertura de paritarias para todo el sector asalariado. El otro eje es que las tarifas no pueden aumentar más que los salarios. ¿Cómo que me vas a aumentar el salario el 20%, o el 25% o el 30% y los servicios me los vas a aumentar el 300%? ¿Por qué? ¿De dónde surge esto? No, porque no es una cuestión… es que no se pueden pagar. Como lo dije la otra vez, no es una cuestión de que no quiero porque me parece caro, no, es que no se puede. Entonces me parece que hay que centrar las discusiones en las cosas cotidianas que le pasan a la gente, como también el tema de la inseguridad, que fue una muletilla durante toda nuestra gestión, donde un caso era repetido mil veces, entonces parecía que había habido no un asalto sino mil asaltos. Ahora hay mil asaltos y no te lo dice nadie por ningún canal de televisión y tenés a la inseguridad convertida en uno de los principales problemas que tiene la sociedad.
Inseguridad que vuelve a repetir esquemas como los del 2000 y 2001. Yo no sé si ustedes se acuerdan, 2000 y 2001, que robaban camperas y zapatillas, sobre todo las zapatillas. ¿Por qué? Porque es también aspiracional la zapatilla. Por ahí alguien se puede comprar una Topper pero no quiere la Topper o la Pampero porque quiere una Adidas, o una Nike. Entonces, este es el otro tema, se ha vuelto a niveles delictivos y no con cuestiones (…) y no con cuestiones del delito, porque obviamente delincuentes siempre hay y no podemos decir que todos los que delinquen lo hacen por cuestiones sociales porque sería ridículo, pero este es el tema.
Entonces me parece que hay que centrarse en los problemas cotidianos, y entonces cuando uno se comienza a ocupar como dirigente de los problemas que tiene la gente, comienzan a desaparecer los problemas entre los dirigentes. Porque los problemas en los dirigentes se producen siempre por cuestiones no respecto de la sociedad sino respecto de los posicionamientos personales de cada uno de los dirigentes, sean políticos o sindicales. Una señal, una señal clara es cuando vemos discusiones que no le importan a nadie, a nadie, decime si a tu vecina le importa si este es del bloque del PJ, del FpV, del peronismo vuelve pero no tanto… Cuando vos escuchás y ves sobredimensionadas esas discusiones y esos debates, tanto en el ámbito sindical como en el ámbito político, pasan dos cosas. Esos dirigentes no se están ocupando de los problemas que tiene la gente. Y segundo, el sobredimensionamiento por parte de los medios de esas discusiones son para mostrar una oposición sin vocación de poder y sin vocación de volver a ser gobierno.
Porque me parece que todo dirigente que quiera volver a ser gobierno no tiene que seducir ni pelearse con otro dirigente, tiene que seducir e ir por la gente, porque los dirigentes te vota uno y además si está peleado con vos tampoco te va a votar. La que te tiene que votar es la sociedad. Entonces me parece que estas son señales y signos que tenemos que empezar a desentrañar para no enroscarnos nosotros, porque todos nos enroscamos, todos tenemos nuestro ego, todos tenemos nuestras veleidades, que tampoco está mal porque en definitiva somos seres humanos, no vamos a convertirnos en seres perfectos. Pero me parece que hay que tener un camino y un sendero de necesidades y de contradicciones, con perdón de la palabra, ya sé que van a empezar con adjetivos y calificaciones al respecto, de lo que son las cuestiones más importantes y principales de la sociedad, en las que siempre nos ocupado nosotros.
Entonces me parece que en ese sentido desde otros sectores tienen un libreto, una suerte de casette, que como no tienen experiencia militante, como por ahí tampoco consideran que media hora por día de lectura es suficiente y demás, entonces es muy fácil porque son cuatro o cinco cosas que saben que tienen que repetir monocordemente ante todos los medios de comunicación, que por supuesto les hacen la claqué y no les hacen una sola repregunta, y todo anda bien. Entonces nosotros tenemos que ser, desde el campo nacional, popular, democrático, si quieren ponerle progresista pónganle progresista, quieren ponerle peronista pónganle peronista, pónganle el nombre que quieran siempre y cuando esté para representar a los intereses de la gente. Porque si no mucho me temo que pueden suceder cosas que no queramos nadie en la República Argentina, nadie, y cuando digo nadie es nadie, pero que terminan sucediendo cuando se provocan las crisis de representación.
¿Qué son las crisis de representación? Momentos en que la sociedad, angustiada, una sociedad con necesidades básicas insatisfechas, cada vez con mayores necesidades, siente que los que la representan en todos los ámbitos están en otra cosa y no en defenderlos y representar sus intereses. Allí se producen quiebres en la sociedad, y eso no es bueno, eso no es bueno ni para la política ni para la democracia ni para los movimientos políticos y sociales y mucho menos para los sindicatos.
Entonces, mi idea hoy de venir a charlar acá con los compañeros, y por eso le pedía al tano que estuvieran los delegados, no me interesaba una mesa, una foto, con cinco o seis dirigentes y punto. Yo quería que me escucharan y hablar con los compañeros de base, con los que están, con los que vuelven al ministerio o al organismo y están con todos los compañeros, con el que tiene miedo que lo echen a fin de año cuando venzan los contratos, con lo que lo hacen laburar horas extras y no se las pagan porque no es planta permanente y es transitorio o es contratado y no le grapan las horas extras, que esto saben que está pasando también en algunos lados y la gente se queda a laburar, porque cómo no se va a quedar a laburar si tiene miedo a perder el trabajo. No es que tengan vocación de explotados, no tienen vocación de desocupados, entonces… Es que eso es la otra cuestión, entonces por eso quería charlar con todos los compañeros para hablar de estas cosas, de las cosas concretas en las que tenemos que debatir, que discutir, junto a los compañeros, junto a los que no lo son también. Porque también tendrán la experiencia los compañeros y las compañeras delegadas de muchos que tal vez pensaron otra cosa acerca de lo que venía y no hay que enojarse con ellos, porque yo noto muchas veces, cuando por ahí recorro las redes, que cuando uno se queja y lo habían seguido por la red y había votado a tal y ahora le dicen “bueno…”, no, no les digo a los compañeros, no. Si están todo el día picando la cabeza, taca, taca, taca, así.
Y bueno, yo creo que no es hora de reprocharle nada a nadie sino que es hora de juntar la mayor cantidad de voluntades posibles que tengan los mismos intereses, que tengan los mismos problemas para poder tener una acción común. Ustedes saben que es la mejor manera de lograr la unidad. La unidad no se logra en ninguna mesa de rosca. La unidad se logra en la acción, en la calle y en el territorio.
Por eso tuve una gran alegría el otro día cuando la Marcha Federal, cuando vi que en el palco con los compañeros de la CTA, con los compañeros de ATE, estaban también compañeros de la CGT. Mucha alegría tuve. Y por ahí eran compañeros que bueno, que en algún momento me largaron algunas cositas y por ahí me siguen largando. No me importa, ¿saben que no me importa? No me importa, no me importa si todavía siguen diciendo, no me importa. Lo que a mí me importa es que estén todos juntos tirando para el mismo lado. Si para eso algún compañero me tiene que seguir diciendo alguna cosa, y que me la diga, no me importa, pero que estén todos juntos representando. Miren que no hablo de pelear, hablo de representar, porque no me van a sacar la palabra pelea. No… no, no se trata de pelear, esto no es una riña de gallos. Esto es un ámbito político, y en los ámbitos políticos, sean de los movimiento sociales, sean de los partidos políticos, sean de los sindicatos, en esos ámbitos se representa o no se representa. De eso se trata, representar, volver a representar.
Y la representación y el ejercicio de la representación popular, sí, representación popular, no tengamos miedo a decir que somos representantes del pueblo. Los que están en la Cámara de Diputados son eso, representantes del pueblo, por lo menos es lo que dice la Constitución. No tengamos miedo a volver a representar, porque cuando volvamos a representar van a ver que la construcción política es mucho más fácil, es mucho más fácil porque la hacés sobre bases concretas y puntuales. No construís pensando en la próxima elección, construís pensando en la próxima acción para lograr más cosas de las que hoy tenés para tus representados. De eso se trata la representación y la construcción.
Por eso, y para finalizar, quería… (público: ¡no!) Bueno… no, no me hagan, miren que soy muy larguera yo, y los largueros tampoco sirven. No, ya me di cuenta que hay que ser más breve. Uno aprende, siempre aprende, hay que aprender, cortito y conciso, cortito y conciso muchachos. Aprendamos a sintetizar que nos van a hacer muy bien a todos, sobre todo en épocas de 140 caracteres. Y sí, porque uno advierte que por ahí no se puede lograr la concentración… A ver, a los que militamos toda la vida, que nos gusta la discusión, que éramos capaces en la facultad de estar discutiendo cinco horas acerca de la cuadratura del círculo, sabiendo que ninguno tenía razón pero a los encantaba discutir, bárbaro. Pero la mayoría de la gente no es así, y no tiene por qué serlo así. Entonces yo creo que los demás no se tienen que adaptar a nosotros. Somos nosotros como militantes y constructores los que nos tenemos que adaptar a la sociedad.
Pero fíjense que estoy hablando de adaptación, no de cooptación del pensamiento de la idea. Estoy hablando de adaptarme a las necesidades de cómo comunicar y qué comunicar para poder ser eficaz, para poder tener resultado, y sobre todo para poder ayudar a la gente a comprender mejor las cosas. Porque en definitiva mucha gente no ha tenido la oportunidad, y entonces no es que sea dura, no, no, simplemente ha tenido otras inquietudes, otra vida. Todas las vidas son diferentes, no hay ninguna vida igual a la otra. Las nuestras se parecen un poco más en la vocación que tenemos, de militancia, y creo que hay que recuperar esto y hay que volver a retrasmitir nuevas formas de militancia y nuevas formas de convocatoria para la gente. De acá estoy viendo la cara de Milagro Sala.
Y finalmente decirles que esto de unidad, esto de representación y esto de construcción, todo junto es avanzar. Y finalmente también darle un sentido al volver. Ese volver a dónde y cómo. Volver a lo que teníamos el 9 de diciembre no, porque evidentemente nos faltaron cosas, hicimos otras mal, no tanto. Yo creo que en esa permanente carrera por hacer cosas, con el permanente hostigamiento, creo que no reparamos en que necesitábamos abordar reformas estructurales, institucionales, que consagraran derechos que no pudieran ser removidos. Porque fíjense que una ley como la ley de medios audiovisuales, que fue debatida a lo largo y a lo ancho, no debe haber ley más representativa y más discutida y debatida, no digo ya en el ámbito parlamentario sino en el territorio con ONG’s, con la gente, se hicieron como veinticinco congresos, encuentros, a lo largo ancho del país. Un decreto de necesidad y urgencia, por tierra con ella. Evidentemente también el tema de la reforma de la justicia es un tema pendiente en la Argentina.
Yo creo que el tema también de la reforma, que queden consagrados determinados principios en la Constitución como el nivel de endeudamiento que puede tener un país, porque si no vamos a tener una eterna calesita de endeudamiento, desendeudamiento, endeudamiento, desendeudamiento. Creo que niveles de endeudamiento, convenciones colectivas libres, una reforma estructural que plasme las transformaciones que tuvo la sociedad en la Constitución. Porque los momentos fundantes fueron siempre momentos en donde quedaron plasmados también las reformas estructurales y no llegamos a eso, y creo que este es uno también de los instrumentos que tenemos que plasmar.
Por eso el volver no es volver a lo mismo, es volver mejores, y además a partir de una larga marcha también de reformas de carácter estructura. ¿Y cómo? No, no, miren, lo peor que podría que pasarnos es subordinar a una persona a la realización de un proyecto. Si ese proyecto solamente lo puede llevar a cabo una persona, no es proyecto y no está enraizado en la sociedad. Necesitamos que ese electricista de Lomas de Zamora comprenda que tiene derecho a la casa y al auto aunque sea electricista y porque es electricista.
Para eso necesitamos, entonces, que el volver sea mejores a partir de todas estas cosas y de todas las otras que seguramente nos faltan discutir y debatir y que no lo vamos a poder hacer en un solo encuentro pero que lo dejo acá plasmado, como punta de lanza. Pero lo fundamental, lo que hoy es fundamental, la unidad de los trabajadores, porque también tienen que volver a encontrarse con los estudiantes los trabajadores. Acaba el peronismo de ganar por primera vez la Federación Universitaria de La Plata, mi querida FULP. La semana que viene voy a estar en La Plata en un club también muy caro para los sentimientos nuestros, míos personales, en Atenas, donde vamos a ir a saludar a los compañeros que en un frente muy amplio lograron la unidad y después de 41 años. La única vez que se ganó la FULP fue en el 75 y después nunca más, pero ni de cerca. Y ahora se volvió a ganar a partir de la unidad y de juntar los distintos pedazos que estaban con divergencias, desunidos, y eso creo que tiene que ser un ejemplo.
Por eso creo que trabajadores, comerciantes, pequeños y medianos empresarios, industriales nacionales, científicos, en fin, todo lo que constituye la nación en definitiva, en una gran unidad, porque me parece que la unidad no se va a dar por el lado de la ideología, se va a dar por el lado más concreto de los intereses agredidos por una política que ni siquiera tiene la vocación de ser algo diferente.
Y con esto voy a terminar. Cuando alguien que preside los destinos del país convoca a empresarios o gerentes de distintas partes del mundo a un centro cultural o a la Argentina, a cualquier lugar, para mostrar las oportunidades de la Argentina, debería haber elegido un nombre de los argentinos, porque en definitiva significa que ni siquiera quieren ser ellos, quieren ser otros, los de Davos. Y a mí me hubiera gustado, aún con todas las diferencias que tengo, abismales, que el presidente en lugar de ponerle un mini Davos, hubiera puesto un nombre de los argentinos, porque de lo que se trata es Argentina. Pero me parece que el problema es que no quieren ser y quieren ser como son otros, tienen otro modelo, este es el problema y lo que a mí me llama la atención poderosamente. Yo le hubiera puesto, qué se yo, “las inversiones del Bicentenario”, la que se me ocurriera, ¿pero por qué ir a repetir lo que significa en el mundo un modelo de concentración económica que hoy está siendo cuestionado en todos los países del mundo? Entonces me parece que estas son cosas que nos deben hacer pensar a los argentinos y a mí me preocupa que ni siquiera quieran ser ellos, que quieran ser iguales a otros que ni siquiera les importa cómo somos ni quiénes somos ni cómo vivimos. ¿Vos sabés que yo creo que ellos quieren ser lo mismo pero no les da? No les da, no, no les da.
Así que nada, decía San Martín, seamos libres, y yo digo, le quiero agregar algo, además de libres, seamos nosotros mismos, que lo demás no importa nada. Gracias, muchas gracias.